Albert Llovera vuelve del Dakar muy cansado pero satisfecho por el reto superado
Albert Llovera marchó de Andorra hacia Buenos Aires, después de celebrar la Navidad con su familia, con muchas incógnitas en su cabeza. La ida a su cuarto Dakar, tercero en Sudamérica, tenía que haber sido un poco más tranquila. Conocía el escenario y a muchos de los que durante 15 días serían sus compañeros de aventura, no obstante, el entorno más cercano en los campamentos de la carrera era muy distinto y el vehículo, quizá la gran diferencia de anteriores ediciones, un camión Tatra de 920 cv de potencia y casi 10 toneladas de peso, del equipo checo Bonver Dakar Project. Al cabo de 20 días, Llovera aterrizaba al aeropuerto del Prat, con su sonrisa de siempre y un semblante en el que el cansancio no se reflejaba como en anteriores ocasiones. En el recinto de llegadas de la T1 les esperaban sus familiares, amigos y seguidores incondicionales de siempre con una pancarta que decía: ALBERT, HACES QUE LO IMPOSIBLE SEA POSIBLE.