El piloto de Vic finalizó segundo en la 55 edición del Rally 2000 Viratges y se proclamó de esta manera Campeón absoluto de la Copa de Catalunya de Asfalto. Orriols y su Porsche 911 GT3 mantuvieron una intensa pelea con el Fiesta R5 de Josep María Membrado que finalmente ganó el rally.
Albert Orriols ha logrado imponerse en el Rally 2000 Viratges con un segundo puesto en el podio que le ha bastado para proclamarse Campeón de la Copa de Catalunya de Asfalto. Tras la mala suerte de las dos anteriores pruebas, Orriols se ha mostrado muy competitivo desde el arranque de esta 55 edición del Rally 2000 Viratges. Sin embargo, esta última cita de la temporada ha sido una de las más duras para el piloto de Vic que arrancaba la prueba con un motor recién terminado y con un dedo roto, realizando los test del vehículo el mismo día de las verificaciones.
A pesar de las enormes dificultades y la dura competitividad que presentaba esta última cita, Orriols supo reponerse y tomar el protagonismo en una dura pelea por la victoria con Membrado. El rally arrancó con el Fiesta R5 marcando los mejores cronos por la mínima. Orriols quiso luchar por finalizar la temporada con un doble triunfo, título y victoria, y lo intentó hasta la última parte del rally. Primero, la lluvia sorprendió al piloto de Vic con los neumáticos de seco y después sufría un trompo en el séptimo tramo que se convirtió en el punto de inflexión de la prueba. En ese momento, Orriols decidió no arriesgar más y garantizarse el título con el segundo cajón del podio.
Albert resumía con estas palabras su triunfo: “Lo primero, quiero dar las gracias a todos los patrocinadores, colaboradores, a mis copilotos Lluís y Manel y, en especial, al equipo PCR por haber trabajado tan duro durante toda la temporada y sobre todo para esta última cita rehaciendo el motor. Hemos estado incluso de madrugada con el coche para poder terminarlo a tiempo y pudimos dejarlo listo el mismo viernes. Sin embargo, ha sido un fin de semana complicado porque además de lo mecánico, durante las pruebas con el coche me rompí un dedo y tuvieron que inmovilizármelo para poder salir al rally. El objetivo era acabar entre los cuatro primeros para garantizar el título, pero también queríamos tener un ritmo fuerte porque había bastante competencia. Teníamos la incertidumbre de cómo reaccionaría el coche con el nuevo motor y de cómo estaría yo al correr con el dedo roto. Desde el principio vimos que la lucha se quedaría entre dos y que los perseguidores iban quedándose bastante descolgados. Nos mantuvimos durante todo el rally a muy pocos segundos, incluso décimas, de los tiempos del R5 y queríamos pelear por la victoria. Decidimos apretar más en el segundo bucle al ver que estábamos a solo 30 segundos, pero tras el trompo en el tramo espectáculo preferimos no arriesgar y conservar la segunda posición que nos bastaba para lograr el título. Teníamos que pensar en la fiabilidad del coche que acabábamos de montar recientemente y en el campeonato”. |