Por segunda prueba consecutiva la mala suerte deja fuera de carrera a Albert Orriols y Manel Muñoz que en esta ocasión se veían obligados a abandonar tras romperse el motor de su Porsche 911 GT3 a la llegada del último reagrupamiento. En el momento de la retirada, Orriols era segundo y se encontraba recortando tiempo al líder a falta de dos tramos para el final de la prueba.
Nueva prueba del Campeonato Catalán de Asfalto para Albert Orriols que se desplazaba en esta ocasión hasta la sexta edición del Ral·li Ciutat de Valls con la intención de sentenciar el título que no pudo dejar resuelto en la anterior cita tras una rotura.
Tras comenzar la prueba rebajando sus tiempos de temporadas pasadas en esta prueba, Orriols marchaba en segunda posición a tan solo veinte segundos del liderato tras la disputa de las cuatro primeras especiales, en las que los problemas estaban presentes desde el inicio. Pero tras la asistencia larga de la prueba, el piloto de Osona salía a por todas y marcaba los dos siguientes scratch reduciendo la ventaja a tan solo trece segundos, cuando tan solo quedaban por disputarse de nuevo los dos tramos anteriores, en los que además había rebajado sus tiempos del pasado año en diez segundos.
Pero tras un gran susto en la parte final del tramo seis, debido a que una fuga de aceite empapó una de las ruedas traseras, Orriols intentaba llegar al reagrupamiento con la intención de poder solucionar este problema, pero una vez allí un conato de incendio le dejaba sin opciones de continuar en la prueba y le obligaba a abandonar.
Albert nos resumía la prueba tras este duro varapalo: “Desde el primer tramo tuvimos perdidas de aceite del motor, y ya nos dimos cuenta porque salía humo del motor, que era aceite quemado. Íbamos con precaución en estas dos primeras especiales, para ver en la asistencia donde estaba el problema. Pese a todo, en ambos tramos rebajamos nuestros tiempos del año pasado. Ya en la asistenvia vimos que era una pequeña fuga, y esperamos a la asistencia larga de mitad de la prueba para ver de dónde provenía exactamente. Así que decimos salir de nuevo con cierta precaución pero volvimos a rebajar nuestros tiempos. En la asistencia se comprobó que había una especie de tapa en el cárter que estaba suelta y por ahí se producía la fuga de aceite. No dio tiempo en esta asistencia a solucionarlo como se debería e intentamos que la fuga no fuera a más. Nuestra intención era finalizar la prueba ya que pese a ser segundos en la general, éramos primeros del certamen, ya que el líder de la prueba no bloqueaba puntos, y finalizando nos proclamábamos campeones del certamen. En el bucle de la tarde salimos con ganas y decidimos apretar un poco más, ya que el alma de piloto está ahí, y cuando uno sale a un tramo sale a darlo todo. En el primero de la tarde hicimos el scratch y rebajamos nuestro tiempo del pasado año en diez segundos. La fuga seguía ahí, y teníamos que ir echando aceite en cada enlace. En el tramo largo marcamos de nuevo el scratch recortando diferencias. Pero a tres curvas del final tuvimos un gran susto, que no sabíamos porque había sido provocado, hasta que al llegar al control stop vimos que había mucho humo y que el coche iba cada vez a peor, y descubrimos que había sido porque el aceite había llegado hasta una de las ruedas traseras. Decidimos llegar hasta el reagrupamiento y justo antes de llegar hubo una explosión en el motor y comenzó a salir fuego. Tuvimos suerte que en el control había un extintor y lo sofocamos. Fue una pena porque nos encontrábamos recortando distancias y podríamos haber conseguido la victoria, y de no hacerlo hubiera sido un segundo puesto en la general y primeros del certamen. La parte buena es que no perdimos el coche.”
A pesar de este abandono, las opciones de hacerse con el Campeonato de Cataluña de Rallyes de Asfalto siguen intactas y todo se decidirá en la última cita, el Rallye 2000 Viratges los días 21 y 22 de noviembre. |