Cuando a principio de los años 80, un joven aventurero francés llamado Thierry Sabine lanzó el reto de atravesar buena parte del norte de África con medios reducidos (los que habían en aquella época) muchos pilotos, que querían algo más, se apuntaron a un formato de competición en que las prestaciones del vehículo eran importantes pero no decisivas. Había nacido el Dakar, en aquellos primeros años el Rally París-Dakar.
Con el paso de los años, los adelantos tecnológicos de un lado y las dificultades para encontrar los escenarios para desarrollar este tipo de competiciones, sobre todo garantizando una seguridad total a los participantes, han provocado que aventuras míticas, como el mencionado Dakar, hayan perdido la esencia que reclaman los participantes que quieren condiciones extremas en las carreras de todoterreno.
De todas maneras, la demanda de estos pilotos ha sido escuchada por algunos organizadores que no han dudado en trabajar para llenar este vacío en los calendarios del todoterreno. Entre estas entidades organizadoras hay que destacar el trabajo de GEFEI IRIDIOS TRAVEL, con sede en el Principado de Andorra y dirigida por profesionales con más de 20 años de experiencia en acontecimientos de estas características en varios países.
Desert Raid es una prueba de navegación 4x4 que se realiza en el Gran Erg Oriental de Túnez, una extensión de 10.000 km2 de dunas, donde todas las etapas se disputan íntegramente sobre arena. A lo largo del recorrido de la prueba no encontramos carreteras, ni enlaces, ni pistas, ni hay gasolineras, ni hoteles, tampoco hay talleres… no hay otro cosa que un desierto de dunas y arena.
El organizador, Albert Margarit, nos comenta las principales características de la prueba: Desert Raid no es una prueba de velocidad, sino de estrategia y habilidad. Cada etapa consta de una serie de puntos de GPS (waypoints) situados en medio de las dunas, algunos obligatorios y otros voluntarios, (cada uno con un valor según su nivel de dificultad), y cada equipo tiene que diseñar su propia estrategia para conseguir la máxima puntuación sin sobrepasar los límites de tiempo y distancia marcados para cada etapa. Esto obliga a los participantes a abrir sus propias roderas, a decidir su propio camino, más o menos difícil según sus capacidades y posibilidades. Es fácil decirlo... y muy difícil conseguirlo. Con estas premisas, los organizadores lo que pretenden es que para participar e incluso ganar esta prueba no se necesita tener el presupuesto más generoso de la competición: Es cierto, para nosotros el objetivo prioritario fue desde el inicio crear una prueba única donde el presupuesto o el coche no son factores decisivos. Se necesita una gran fortaleza mental, destreza al volante, compromiso y trabajo en equipo para llegar a la meta al final de cada etapa. Es una prueba que recupera el espíritu de aventura de los primeros raids africanos, donde el factor humano era más importante que la mecánica, las dificultades que nos propone el desierto nos iguala a todos.
La séptima edición de la DESERT RAID esta en marcha, los organizadores hace varías semanas que completaron la localización de la mayoría de los waypoints que tendrán que encontrar in-situ los participantes. Con todo, hasta el inicio de la competición, a mediados de Octubre, Albert Margarit y su equipo de colaboradores tendrán todavía la posibilidad de pulir detalles de un recorrido en el que los participantes podrán sufrir o disfrutar, según la opinión de cada cual, hasta el límite que ellos mismos se exijan.
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