Bolivia recibió por primera vez a los competidores de la categoría de coches del Dakar y lo hizo con uno de los elementos climatológicos que aun no había aparecido en la prueba, la lluvia. Concretamente en la recta final de la jornada ha caído de manera copiosa, obligando a los organizadores a controlar la zona de asistencia ubicado en el Salar de Uyuni. Llovera-Haro estuvieron entre los que tuvieron que soportar las inclemencias mencionadas, a pesar de todo consiguieron finalizar esta 7ª etapa en la 51ª posición con un crono de 5h18”09. En esta ocasión Llovera-Haro mantuvieron un ritmo impecable durante todo el trazado.
En referencia a los puestos de cabeza, cabe mencionar que los Mini siguen ganando. En Uyuni ha sido el argentino Orlando Terranova el que ha conseguido su tercer triunfo parcial con un crono de 3h31’18”. En la general las diferencias se ajustan, Al-Atttiyah y De Viliers (Toyota) están separados por solo 8’.
Albert Llovera iniciaba la jornada con cansancio acumulado pero con la moral muy alta ante la posibilidad de superar el ecuador de Dakar, este era su comentario: Para hoy un pais nuevo (Bolivia) seguro que nos deparará nuevos retos. Albert no se equivocó, pistas con grandes charcos de agua, barro, entre otros obstáculos tuvieron que superar a cerca de 4000 metros de altitud: Teníamos que estar más concentrados que nunca para proteger al máximo nuestra mecánica. Hemos conseguido nuestro objetivo, revisaremos las partes más sensibles del buggy e intentaremos descansar. Para mañana hay otra jornada muy larga y seguro que será muy dura. Llovera no puede descuidar su estado físico y al final de cada jornada acude al servicio médico de la carrera: Son muchas horas sentado en el backet, la arena que se cuela por todos lados, y esto a pesar, de cuidarme, pasa factura en mi culo en forma de llaga. Molesta un poco, cada vez más, pero de momento seguimos.
Mañana (día 11) regreso a Iquique, pero como se puede suponer, por un recorrido que nada tiene que ver con el que han completado hoy. Esta 8ª etapa se iniciará en Uyuni con un corto enlace de 24 km para iniciar un especial muy exigente tanto para los pilotos como para unas mecánicas que, hay que recordar, la noche anterior no habrán tenido el exhaustivo mantenimiento que se hace en una asistencia habitual. Serán 784 km de velocidad (los primeros 600 km por encima de los 3500 metros de altitud) que, eso sí, tendrán la recompensa de la jornada de descanso del día siguiente.
Servicio de prensa.
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